FASE 3 / AUTONOMÍA

Módulo 4.2

EL PODER DE TU AUTONOMÍA

EJERCICIOS

EJERCICIO 1

LEE Y REFLEXIONA

Lee las lecturas a continuación, AUTONOMÍA y SOY AUTÓNOMO, y responde las siguientes preguntas:

• ¿Qué te pareció la lectura? 

• ¿Te gustaría ser un poco más autónomo o crees que vale la pena ser autónomo tanto como se pueda? ¿Por qué?

• ¿Qué harás ahora para construir una autonomía a “prueba de balas”?

EJERCICIO 2

ELABORA UNA FICHA

A partir de los conceptos leídos en las dos lecturas, elabora una FICHA y escríbela en primera persona como en el EJEMPLO que verás al final de las lecturas.

 Una vez terminado, relee, razona, y dale vueltas en la mente con coraje y energía. El objetivo es que estas nuevas ideas se interioricen en tu mente y formen parte de tu nuevo diálogo interno.

EJERCICIO 3

MIS PROPIAS NORMAS

Haz una lista de 5 reglas (como mínimo) o normas personales que guíen en adelante tu comportamiento.

Por ejemplo:

 

Norma 1. Tomaré mis propias decisiones y me responsabilizaré por ellos con coraje y valentía.

Norma 2. No dependeré nunca de los demás para sentirme bien.

Norma 3. Adoptaré cada obstáculo como un reto.

Norma 4. Nunca creeré todo lo que me digan (o lea), de manera ingenua.

Norma 5. Diré que NO con determinación cuando lo desee y lo necesite.

Norma 6. Sea cual sea el problema que tenga, no me deprimiré ¡nunca jamás!

Norma 7. Me permito fracasar y cometer errores, tantas veces como suceda.

Norma 8. Valoraré mi opinión propia por encima de la de los demás. Pero respetando las otras.

Norma 9. Responderé enérgicamente a quien me falte el respeto o me alce la voz.

Norma 10. Nunca agacharé la cabeza ante nadie, ni aceptaré un acto violento contra mí.

 

Cuando tengas tu lista, léela varias veces y diariamente con coraje y energía. Poco a poco irán interiorizándose en tu mente. ¡Actúa en la vida diaria conforme a tus normas!

 

AUTONOMÍA

Capacidad de una persona para
regirse por sus propias normas

La autonomía es la capacidad de una persona para regirse por sus propias normas. Es pensar, elegir y decidir por uno mismo. Es la capacidad y disposición para pensar, elegir y actuar de manera independiente, sin experimentar ansiedad o culpa.

 

La autonomía es una forma de libertad, que revela alta autoestima, confianza en uno mismo, sentido de control de la propia vida y madurez psicológica. Puede asociarse con la autenticidad en el sentido de que la persona con autonomía ejerce su libre albedrío sin la urgencia de caer bien o complacer a otros.

 

La autonomía es una forma de libertad, que revela alta autoestima, confianza en uno mismo, sentido de control de la propia vida y madurez psicológica.

 

La educación y el desarrollo de las destrezas y habilidades de autonomía personal, de expresión de emociones y sentimientos y de empatía son funciones familiares, pues son los padres los que las desarrollan, a través de las relaciones paternas, de la educación familiar y del ejemplo que los niños y niñas reciben de los adultos con los que se relacionan en el contexto sociofamiliar.

SOY AUTÓNOMO

Ser autónomo es ser uno mismo, diferente de los demás, con un conocimiento de nosotros mismos, de lo que deseamos y sentimos.

 

Este conocimiento nos da la capacidad de no depender de los demás para sentirnos bien, para aceptarnos y para tener la seguridad de que somos capaces de salir adelante en la vida.

 

Es la capacidad para analizar críticamente las normas sociales.

 

La autonomía de las personas ayuda a avanzar hacia una sociedad más consciente, libre, autónoma y responsable.

 

Quien es autónomo no depende de la aprobación de los demás. Tiene capacidad de permanecer en la dificultad y el conflicto. Hay convencimiento interior de ser el artífice de la propia vida y por tanto, sabe que tiene responsabilidad de lo que se vive. Asume las consecuencias de las propias decisiones y se integra como parte de la realidad.

 

Para la persona autónoma, que se ha hecho responsable de sí misma las dificultades se le convierten en retos por superar. No argumenta por qué no se puede seguir hacia adelante sino que se pregunta: con esta realidad, con esta situación que no es como quisiera, con esto que no contaba. ¿Qué puedo hacer para continuar? ¿Es posible cambiarlo? ¿Cómo? ¿Si no es posible cambiarlo, qué tengo que hacer para incluirlo y acogerlo como la realidad que me reta y no la que me paraliza?

 

La autonomía me permite mantener en mis manos la responsabilidad de mi propio bienestar ya que este dependerá de cómo me sitúe yo ante la realidad, de cómo convierta los obstáculos en retos, de cómo gestione los fracasos, los desaciertos y no de cómo sean o dejen de ser los otros, o de cómo “me” dejen o no ser las otras personas.

 

Para ser personas autónomas, con capacidad de decisión y de interdependencia, es imprescindible ser personas con lucidez sobre sí mismas, capaces de vivir en la verdad.

 

La lucidez nos permite ver, la libertad nos permite escoger, y la autonomía nos permite actuar en base a los dos factores.

 

Una persona autónoma, es emocionalmente responsable de sí misma, con capacidad de quitarse del centro para construir con otras personas la unidad, la comunidad.

 

Una persona es autónoma cuando es capaz de ponerse a sí misma sus propias normas; cuando no se rige por lo que le dicen. Sabe aprender de las experiencias y pensar y actuar con actitud crítica. Sabe ser uno mismo. Uno será más autónomo en la medida en que tenga más recursos conscientes para poder seguir generando conocimiento por sí mismo. Posibilita el descubrimiento de las propias oportunidades, la puesta en marcha de proyectos personales y la participación en proyectos colectivos. En definitiva, ayuda a encontrar su lugar en el mundo.

 

Autónomo es todo aquél que decide conscientemente qué reglas son las que van a guiar su comportamiento.

 

Tener autonomía quiere decir ser capaz de hacer lo que uno cree que se debe hacer, pero no sólo eso. También significa ser capaz de analizar lo que creemos que debemos hacer y considerar si de verdad debe hacerse o si nos estamos engañando. Somos autónomos cuando somos razonables y consideramos qué debemos hacer con todos los datos a nuestra disposición.

 

Nos dota de congruencia, nos aleja de tener que asumir deberes indeseados e innecesarios, y de quedar comprometidos por los favores que nos han hecho. La autonomía es maravillosamente liberadora.

 

Ser autónomo es ser uno mismo, es tener una personalidad propia que es diferente de la de los demás, con nuestros propios pensamientos, sentimientos y deseos y esto nos garantiza tener la capacidad de no depender de los demás para sentirnos bien, para aceptarnos tal y como somos y tener la seguridad de que seremos capaces de valernos por nosotros mismos durante nuestra vida.

 

Ser autónomo en la toma de decisiones y en la acción es una forma de auto-respetarnos, en el cual valoramos nuestra propia opinión para el alcance de nuestras metas independientemente de que lo consigamos o no.

 

Una persona es autónoma si cada uno de sus actos dependen directamente de ella, nacen de su corazón y de su cabeza, sin condicionamientos, sin límites.

 

La autonomía es la capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias.

 

La persona autónoma es quien controla su propia vida, determina sus propias metas y actúa de manera racional y efectiva para lograrlas. Es dueño de sus decisiones, impulsos, iniciativas y renuncias, sabe lo que quiere, se lanza a conseguirlo teniendo en cuenta a los demás, pero sin dejarse someter ni manipular.

EJEMPLO – FICHA

AUTONOMÍA

___________

No dependo de los demás para sentirne bien. No dependo de la aprobación de los demás. Tengo la capacidad de sobreponerme ante las dificultades. Soy el artífice de mi propia vida y soy responsable de mis actos. Tomo mis propias decisiones y asumo las consecuencias. No me asustan las dificultades de la vida, todos las tenemos, las veo como retos que puedo superar. Gestiono mis errores, los fracasos y desaciertos convirtiendo todo ello en retos. Vivo en la verdad y no en las fantasías. Mantengo mi mente abierta a nuevos aprendizajes, pero no creo todo lo que leo u oigo, siempre evalúo y analizo la información. Me gusta ser yo mismo y no pretendo ser alguien que no soy. Admito cuando me equivoco sin problemas y asumo mis responsabilidades. Tengo mis propias normas que definen mi comportamiento. Hago lo que creo que se debe hacer y no lo que piensan otros. Me respeto a mi mismo, valoro mi propia opinión y valoro también mis esfuerzos independientemente de que tenga o no éxito. Me acepto tal como soy.